Hija de Manuel Bastidas, descendiente de africanos, y de
Josefa Puyucahua (o Puyucawa), indígena, la joven Micaela era de esbelta
belleza y tez bronceada, con el cabello ondulado. Por sus raíces tanto
africanas como amerindias era conocida por muchos como Zamba, nombre que se
daba en época colonial a las personas producto del mestizaje entre africanos e
indígenas.
El 25 de mayo de 1760, poco antes de cumplir 16 años, se
casó con el joven mestizo descendiente de la nobleza indígena José Gabriel
Condorcanqui, en la iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, en el pueblo
de Surimana, lugar del curacazgo de su marido. Condorcanqui era descendiente
directo por línea materna del último Inca Túpac Amaru I. En 1764 fue nombrado
cacique de los territorios que le correspondían por herencia, Pampamarca,
Tungasuca y Surimana, y fijaron su residencia en Tinta, localidad perteneciente
a Cusco.3
Tuvieron tres hijos varones, Hipólito (1761), Mariano (1762)
y Fernando (1768).
José Gabriel había recibido una educación privilegiada en
colegios jesuitas de Lima y Cusco. Dominaba el castellano, el quechua y el
latín, era un ávido lector y su interés por diversos temas le dio un nivel
cultural remarcable. Poseedor de grandes extensiones de tierras y riqueza,
cumplía múltiples roles en la administración de sus bienes. Como curaca debía
mediar entre el corregidor y los indígenas a su cargo
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